El día de hoy, 8 de abril de 2025, la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación, en coordinación con el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, anunció un avance significativo en materia de desarrollo económico y social con la publicación de la Declaratoria del Polo de Desarrollo para el Bienestar Tapachula II. Este proyecto estratégico, liderado por el Vicealmirante Juan Carlos Vera Minjares, Director General del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, busca fortalecer las capacidades productivas de la región sureste de México, generar empleos de calidad y promover una visión integral y sostenible para el desarrollo.
El Polo de Desarrollo para el Bienestar Tapachula II abarca una superficie total de 149 hectáreas, 71 áreas y 85.682 centiáreas, ubicadas estratégicamente en la Carretera a Puerto Madero, Desvío a Carretera a la Zona Naval, en el municipio de Tapachula, Chiapas. Esta área fue cuidadosamente delimitada tras excluir derechos de vía correspondientes a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y al ferrocarril ramal “KA”, garantizando así su viabilidad para actividades industriales y logísticas.
La declaratoria cumple con los criterios establecidos por la Junta de Gobierno del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, destacando aspectos como la macro localización, conectividad, factibilidad industrial, sostenibilidad ambiental y vocaciones productivas prioritarias. Estas características posicionan al Polo como un catalizador clave para el crecimiento económico no solo de Tapachula, sino también de los municipios aledaños y la región en su conjunto.
Uno de los elementos más destacados del Polo de Desarrollo Tapachula II es su ubicación privilegiada. El inmueble se encuentra a 0.75 km de la línea KA y a 14.16 km de la línea K, que conecta Huixtla con Ciudad Hidalgo. Además, cuenta con acceso directo a la Carretera Estatal a Playa Linda, a 2.74 km de la Carretera MEX-225, facilitando la conexión hacia otros mercados nacionales e internacionales. Esta conectividad se ve reforzada por la cercanía a puntos estratégicos como el Puerto de Chiapas (a menos de 1 km) y el Aeropuerto Internacional de Tapachula (a 11.40 km), lo que lo convierte en un nodo clave para el comercio transfronterizo entre México y Guatemala, así como para operaciones logísticas en el contexto del Corredor Interoceánico.
El Polo de Desarrollo Tapachula II está diseñado para albergar industrias estratégicas que refuercen la competitividad nacional. Entre las vocaciones productivas identificadas como prioritarias se encuentran:
- Eléctrica y electrónica
- Semiconductores
- Automotriz (electromovilidad), autopartes y equipo de transporte
- Dispositivos médicos
- Farmacéutica
- Agroindustria
- Equipo de generación y distribución de energía eléctrica (energías limpias)
- Maquinaria y equipo
- Tecnologías de la Información y la Comunicación
- Metales
- Petroquímica
Estas vocaciones no solo buscan diversificar la matriz productiva regional, sino también aprovechar las ventajas comparativas de Chiapas, como su posición geográfica, recursos naturales y capital humano.

El proyecto también destaca por su enfoque en la sostenibilidad ambiental. La superficie destinada al Polo de Desarrollo se encuentra fuera de las Áreas Naturales Protegidas y Áreas Destinadas Voluntariamente a la Conservación, según consta en el oficio emitido por la Dirección General de Operación Regional de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas. Asimismo, cuenta con una Constancia de Zonificación para uso de suelo Comercial e Industrial, otorgada por la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología del municipio de Tapachula. Además, el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas emitió un dictamen confirmando que la implementación del proyecto no afectará a comunidades indígenas en sus tierras, eliminando la necesidad de realizar una consulta indígena.
Tapachula y sus municipios aledaños cuentan con una población total de 678,229 habitantes según el Censo de Población y Vivienda 2020, lo que representa un amplio capital humano para el desarrollo del Polo. En esta región convergen diversas instituciones educativas de nivel superior y medio superior, incluyendo universidades públicas y privadas, así como centros tecnológicos y bachilleratos comunitarios. Este ecosistema educativo garantiza la formación de talento especializado que pueda integrarse a las actividades industriales y tecnológicas del Polo.
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